viernes, 31 de julio de 2009

Nunca vas a olvidarme

Nunca podría dar una explicación de porque pasaron las cosas, creo en el destino cuando me conviene y creo que esta ocasión es perfecta para echarle la culpa al destino por haber alineado mi vida con la de ella, aunque fuera solo por un día.

Se que no va a pasar una noche en que no piense en ella o en el momento pero el recuerdo es agradable, algo mágico que solo podía pasar entre nosotros dos porque no creo que exista en el mundo alguien que pueda sentir algo como lo que sentí, como lo que siento y muy a mi pesar como lo sentiré el resto de mi vida; no quiero ser egoísta, la gente siente amor, siente pasión, en mayor o menor medida de lo que sentimos, o mejor dicho lo que sentí yo porque no quiero hablar por ella, pero estoy seguro que lo nuestro fue único e irrepetible y eso me hace feliz, no importa donde este, o con quién o cuándo, siempre podre regresar mi mente a ese lugar, su cama, su cuarto que olía tan a ella que ese aroma lo respiro cada que me despierto, y aun vez que este ahí perdido en el recuerdo podré sin ningún remordimiento repasar cada minuto que su piel me regalo.

A veces quisiera avanzar un poco el tiempo y saber si algún día lo olvidaré o saber si algún día voy a poder dormir sin haber pensado en ella hasta el anochecer, mi realidad es que no puedo hacerlo y voy a tener que vivir con esto por años, porque me conozco y se que así será, lo bueno para mi y lo que me rescata de la locura es que me agrada pensar en ella y en su respiración tan cerca de mi. Es tan difícil saber que nuestros caminos no se unen por ninguna circunstancia, eso me impide siquiera pensar qué sería si me la encuentro en la calle, no puedo calmar mis ansias imaginando como sería volver a verla porque estamos lejos, no solo físicamente, estamos lejos también sentimentalmente, ese encuentro se tenía que disfrutar cada segundo, porque cada uno de esos segundos supe que nunca la volvería a tener entre mis brazos.

Ahora no me queda más que despedirme de ella sin ella, resignarme a lo que era inevitable desde el principio, pero mi parte romántica me hace extrañar lo que nunca fue mio y eso me provoca un nostalgia tan profunda como el fondo del mar, y es ahí, en el fondo del mar donde me encuentro cada que quiero gritarle que la ame ese día, que la adore y que al cerrar la puerta de su cuarto toda mi vida quedo fuera y en ese espacio fui una persona nueva y diferente, fui una persona nada más para ella, que supo cada instante que no podía amarla al salir y recoger su vida.

En mis oídos además de entrar su voz todo el tiempo entra una canción que me dice “no sueñes que se acabo”... no sueñes que se acabo... ¿cómo puedo soñar que se acaba si al parecer nunca empezó?, no puedo culpar a una canción de mi nostalgia, al contrario ahora recuerdo que esa canción sonaba cuando estaba entre sus brazos, recuerdo haber pensado que esa canción sería mi único consuelo cuando estuviera solo y pensando en ella como hoy... no sueñes que se acabo... lo mejor será intentar no soñar hoy.

Caminaré, pensaré y reiré noches enteras pensando en ella, escucharé una vez más “nuestra canción” y encenderé un cigarro para encontrar la calma que hoy me hace tanta falta, creí que escribiendo todo terminaría pero parece que no, ahora buscaré algo en que ocupar mi mente en donde ella no aparezca como un fantasma diciéndome: nunca vas a olvidarme.


El fantasma de la ópera


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