martes, 25 de enero de 2011

Ay Cielos con qué dolor

Alex...En lugar de no creer en ellos. ¿Por que no creamos lo milagros?


Recuerdo entre sueños a mamá cantando Perdí mi ojo de venado entre niños y quehaceres.
Me recuerdo viendo con curiosidad el CD del Silencio, el primero que hubo en casa. Disfrutaba los rostros en blanco y negro de los Caifanes que junto con una foto de Oscar Chavez (de un CD también) se convertirían en mis primeros Sex Simbols.
Tiempo después tendría la casa, el minicomponente para mi solita y el Silencio(que me sabía ya de memoria). Para variar lo ponía en Shuffle y el azar decidía el orden, en las mañanas de ocio forzado en que, ahora yo, arreglaba la casa mientras cantaba "el movimiento me hará cambiar, toda la fe, toda la piel".
Y me hizo cambiar. No hay más fe.
Solo El Silencio.
Para entonces los Caifanes ya no tocaban juntos, pero al menos para mi, la rueda seguía girando.
Y sigue girando, cada etapa de mi vida como una reencarnación, los errores se siguen pagando y el karma se amplifica, el darma es un mito.
¿Por que no puedo aullarlo todo?
Todas las canciones me dicen algo, todas me recuerdan a alguien.
Desde algún lugar suena esa música, que me guía.
Estoy dispuesto a destruir,
todo lo que no sea verdad.
Estoy dispuesto a marginar,
Todo lo que no sea real.
Para ti
Para mi
Para seguir buscando el penacho
Bajo la luna.






Metamorfeame... Ya


lunes, 24 de enero de 2011

Ahí viene, ahí viene...





Sí, aquí viene el chile que te mantiene, te entretiene, al que eres adicto.
Aceptemoslo, porque sin chile la comida no sabe, le falta algo, es como el sabor de la vida, un poco de sufrimiento, tal vez sólo un poco de emoción.

Pero ¿Por qué pica?
La sabia Wikipedia dice:
"El Ají "Pica" o "Arde" por que contiene Capsaicina, un compuesto químico que sirve de defensa hacia los mamíferos, pero no a otros animales como las aves."

Además resulta que se puede medir que tan picoso es un chile:
"La escala Scoville es una medida de picor en los chiles (también conocidos como guindillas, picantes o ajíes). Estas frutas del genero Capsicum contienen Capsaicina, un componente químico el cual estimula el receptor térmico en la piel, especialmente las membranas mucosas. El número de unidades Scoville (SHU) (del inglés Scoville heat units) indica la cantidad presente de Capsaicina. Muchas salsas picantes usan la escala Scoville para publicitarse en los centros comerciales."
Aquí pegué la escala de la wikipedia (al menos lo acepto ¿no?)
Tabla de Scoville
Unidades ScovilleTipo de chile
15.000.000–16.000.000Capsaicina pura2
8.600.000-9.100.000Varios capsaicinoides, como homocapsaicina, homodihydrocapsaicina y nordihydrocapsaicina
2.000.000–5.300.000Nivel estándar del aerosol de pimienta en EE.UU.3 , munición irritante del FN 303
855.000–1.041.427Naga Jolokia4 5 6 7
350.000–580.000Habanero Savinas Roja8 9
100.000–350.000Chile habanero,10 Scotch Bonnet10
100.000–350.000Chile datil, Capsicum chinense
100.000–200.000Rocoto, chile jamaicano picante,3 piri piri
50.000–100.000Chile thai, chile malagueta, chile chiltepín, chile piquín
30.000–50.000Pimienta roja o de cayena, chile picante peruano,10 chile tabasco, algunos chiles chipotle
10.000–23.000Chile serrano, algunos chiles chipotle
4.500–5.000Variedad de Nuevo México del chile anaheim,11 chile húngaro de cera12
2.500–8.000Chile jalapeño
1.500–2.500Chile rocotillo
1.000–1.500Chile poblano
500–2.500Chile anaheim13
100–500Pimiento,3 pepperoncini
0No picante, pimiento verde
Yo le entro con singular alegría a varios de la lista !!!
Se dice que el chile es analgésico e incluso tal vez anticanceroso...así que nada más para no dejar agrégale un poco de sabor a tu vida y a tu comida:

Guacamole

  • 2 aguacates maduros (que no esten ni duros ni aguados, no verdes ni muy negros)
  • 1 o 2 chiles de árbol (según se quiera picoso o no)
  • 1 ramita de cilantro.
  • 1 cuarto de cebolla finamente picada (una cebolla pequeña).
  • 1 tomate mediano a trocitos pequeños(opcional).
  • el jugo de medio limón.

Elaboración

  • Después de deshuesar el aguacate se extrae la pulpa y se aplasta ya sea con un tenedor, o en un molcajete como debe ser, hasta obtener una pasta suave.
  • Inmediatamente después se añaden la cebolla, chile muy picado, el tomate cortadito, el cilantro machacado, la sal y el jugo de limón.
  • Se mezclan todos los ingredientes.
  • Disfrutese con lo que más le guste !!!

domingo, 16 de enero de 2011

Mi Flor

Eres responsable de lo que domesticas.

Me gusta buscar relaciones entre todas la cosas que conozco sean libros, canciones, películas. Supongo que es un afán de ordenar el mundo en mi cabeza. Está vez una canción me llevo a recordar un pasaje de un hermoso libro...

De Los Pericos:

 


El principito,Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944)
Capitulo XXI 


Fue entonces que apareció el zorro:

- Buen día - dijo el zorro.

- Buen día – respondió cortésmente el principito, que se dio vuelta pero no vio a nadie.

- Estoy aquí – dijo la voz –, bajo el manzano...

- Quién eres ? – dijo el principito. – Eres muy bonito...

- Soy un zorro – dijo el zorro.

- Ven a jugar conmigo – le propuso el principito. – Estoy tan triste...

- No puedo jugar contigo – dijo el zorro. – No estoy domesticado.

- Ah! perdón – dijo el principito.

Pero, después de reflexionar, agregó:

- Qué significa "domesticar" ?

- No eres de aquí – dijo el zorro –, qué buscas ?

- Busco a los hombres – dijo el principito. – Qué significa "domesticar" ?

- Los hombres – dijo el zorro – tienen fusiles y cazan. Es bien molesto ! También crían gallinas. Es su único interés. Buscas gallinas ?

- No – dijo el principito. – Busco amigos. Qué significa "domesticar" ?

- Es algo demasiado olvidado – dijo el zorro. – Significa "crear lazos..."

- Crear lazos ?

- Claro – dijo el zorro. – Todavía no eres para mí más que un niño parecido a otros cien mil niños. Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas. No soy para ti más que un zorro parecido a otros cien mil zorros. Pero, si me domesticas, tendremos necesidad uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo. Yo seré para ti único en el mundo...

- Comienzo a entender - dijo el principito. – Hay una flor... creo que me ha domesticado...

- Es posible – dijo el zorro. – En la Tierra se ven todo tipo de cosas...

- Oh! no es en la Tierra – dijo el principito.

El zorro pareció muy intrigado:

- En otro planeta ?

- Sí.

- Hay cazadores en aquel planeta ?

- No.

- Eso es interesante ! Y gallinas ?

- No.

- Nada es perfecto – suspiró el zorro.

Pero el zorro volvió a su idea:

- Mi vida es monótona. Yo cazo gallinas, los hombres me cazan. Todas las gallinas se parecen, y todos los hombres se parecen. Me aburro, pues, un poco. Pero, si me domesticas, mi vida resultará como iluminada. Conoceré un ruido de pasos que será diferente de todos los demás. Los otros pasos me hacen volver bajo tierra. Los tuyos me llamarán fuera de la madriguera, como una música. Y además, mira ! Ves, allá lejos, los campos de trigo ? Yo no como pan. El trigo para mí es inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada. Y eso es triste ! Pero tú tienes cabellos color de oro. Entonces será maravilloso cuando me hayas domesticado ! El trigo, que es dorado, me hará recordarte. Y me agradará el ruido del viento en el trigo...

El zorro se calló y miró largamente al principito:

- Por favor... domestícame ! – dijo.

- Me parece bien – respondió el principito -, pero no tengo mucho tiempo. Tengo que encontrar amigos y conocer muchas cosas.

- Sólo se conoce lo que uno domestica – dijo el zorro. – Los hombres ya no tienen más tiempo de conocer nada. Compran cosas ya hechas a los comerciantes. Pero como no existen comerciantes de amigos, los hombres no tienen más amigos. Si quieres un amigo, domestícame !

- Qué hay que hacer ? – dijo el principito.

- Hay que ser muy paciente – respondió el zorro. – Te sentarás al principio más bien lejos de mí, así, en la hierba. Yo te miraré de reojo y no dirás nada. El lenguaje es fuente de malentendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca...

Al día siguiente el principito regresó.

- Hubiese sido mejor regresar a la misma hora – dijo el zorro. – Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, ya desde las tres comenzaré a estar feliz. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. Al llegar las cuatro, me agitaré y me inquietaré; descubriré el precio de la felicidad ! Pero si vienes en cualquier momento, nunca sabré a qué hora preparar mi corazón... Es bueno que haya ritos.

- Qué es un rito ? – dijo el principito.

- Es algo también demasiado olvidado – dijo el zorro. – Es lo que hace que un día sea diferente de los otros días, una hora de las otras horas. Mis cazadores, por ejemplo, tienen un rito. El jueves bailan con las jóvenes del pueblo. Entonces el jueves es un día maravilloso ! Me voy a pasear hasta la viña. Si los cazadores bailaran en cualquier momento, todos los días se parecerían y yo no tendría vacaciones.

Así el principito domesticó al zorro. Y cuando se aproximó la hora de la partida:

- Ah! - dijo el zorro... - Voy a llorar.

- Es tu culpa – dijo el principito -, yo no te deseaba ningún mal pero tú quisiste que te domesticara.

- Claro – dijo el zorro.

- Pero vas a llorar ! – dijo el principito.

- Claro – dijo el zorro.

- Entonces no ganas nada !

- Sí gano –dijo el zorro – a causa del color del trigo.

Luego agregó:

- Ve y visita nuevamente a las rosas. Comprenderás que la tuya es única en el mundo. Y cuando regreses a decirme adiós, te regalaré un secreto.

El principito fue a ver nuevamente a las rosas:

- Ustedes no son de ningún modo parecidas a mi rosa, ustedes no son nada aún – les dijo. – Nadie las ha domesticado y ustedes no han domesticado a nadie. Ustedes son como era mi zorro. No era más que un zorro parecido a cien mil otros. Pero me hice amigo de él, y ahora es único en el mundo.

Y las rosas estaban muy incómodas.

- Ustedes son bellas, pero están vacías – agregó. – No se puede morir por ustedes. Seguramente, cualquiera que pase creería que mi rosa se les parece. Pero ella sola es más importante que todas ustedes, puesto que es ella a quien he regado. Puesto que es ella a quien abrigué bajo el globo. Puesto que es ella a quien protegí con la pantalla. Puesto que es ella la rosa cuyas orugas maté (salvo las dos o tres para las mariposas). Puesto que es ella a quien escuché quejarse, o alabarse, o incluso a veces callarse. Puesto que es mi rosa.

Y volvió con el zorro:

- Adiós – dijo...

- Adiós – dijo el zorro. – Aquí está mi secreto. Es muy simple: sólo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos.

- Lo esencial es invisible a los ojos – repitió el principito a fin de recordarlo.

- Es el tiempo que has perdido en tu rosa lo que hace a tu rosa tan importante.

- Es el tiempo que he perdido en mi rosa... – dijo el principito a fin de recordarlo.

- Los hombres han olvidado esta verdad – dijo el zorro. – Pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa...

- Soy responsable de mi rosa... - repitió el principito a fin de recordarlo.

***

Va un saludo a mi rosa y a mis zorros que son únicos para mi, porque juntos hemos vivido muchas cosas que me han domesticado.




Antes de irte a dormir

08-01-2011
Para Karla

Todos los días al entrar miro el altar, al fondo, dedicado a la virgen morena, con cuatro, cinco veladoras; pero los vasos, oscuros por el humo, poco pueden alumbrar a la sencilla imagen.
Y hoy, en cada mesa, colocadas sobre botellas vacías, hay velas encendidas. En el mostrador, en donde atiende la patrona, veo un quinqué orbitado por insectos tenaces.
Así se improvisa el alumbrado del local desde el terremoto. Con los frecuentes apagones pronto nos acostumbraremos.
Es el anochecer y en el lugar, repleto de bebedores, ocupo mi sitio en el mostrador, en uno de los extremos, entre trastes apilados, olores a comida, a verdura fresca. Pido a la patrona mi cerveza de cada día. Desconfiada cobra por adelantado. Sirviendo y pagando, ese es su lema. Hasta lo tiene escrito, con letras rojas, en una de las blancas paredes. Y nadie rezonga, a eso vienen, a despilfarrar los pocos centavos; a gritarse de mesa a mesa; a bromear sin descanso; a terminar más perdidos que el día anterior, o la semana pasada, o más que en otra anterior vida.
Los amigos, más tarde, se encargarán de mantener mi vaso lleno. Aunque ya no convivamos mucho hay algo que los conmina a proveerme del innoble líquido. Todos los días. Y hoy sin música. Si, al menos, llegara uno de esos guitarreros, roncos y desafinados, viejos artistas del desconsuelo. Beberíamos escuchando antiguas canciones, forzando a la memoria: “ésta la escuché en una película en blanco y negro, o en una noche de la infancia, o en un café del centro, donde ponían, en un tocadiscos portátil, gastados acetatos”. Pero no aparecen. Ni siquiera de casualidad, de puritita casualidad.
Antes bebía mucho café, casi no dormía. Fumaba cigarros sin filtro, leyendo a José Revueltas en la madrugada, escuchando el silbato del sereno cada hora. Tú dormías y mirarte, al hacer una pausa en la lectura, al servirme más café, al estirar las piernas, era la verdadera alegría, la felicidad entera. Velar tu sueño, cubrirte del frío con las tibias sábanas, impedir con un pañuelo gris que la luz de la lámpara perturbara tu descanso. Sintonizaba la B grande de México, la ponía bajito, como tímida compañía.
En la mañana partías. Tu día en la fábrica, dedicada a envolver en papel veladoras, guardarlas en cajas, apilarlas. Yo dormía o salía a caminar, a escribir sentado en alguna plaza, a esperarte al atardecer frente a la fábrica de veladoras. Regresábamos a nuestro cuarto sin ventanas. Mirarte y amarte. Verte planchando la bata del trabajo, sonreírme a través del espejo del ropero; oír tu suave voz cantar, oírte bostezar. Ver tus ojos cerrándose como parpadear de estrellas.
Hasta el día del incendio. Dormía profundamente y no escuché los gritos, los golpes en la puerta, las sirenas, el silencio visible como el humo que se quedó entre los escombros de la fábrica de veladoras.
Cuando me enteré corrí hasta el lugar pero una valla humana, inhumana, me impidió buscarte, remover vigas, desmenuzar el rescoldo, encontrarte en esa hueca trampa de la muerte. Y esperé hasta desfallecer, hasta dejar de llorar, hasta olvidarme de sentir, de sentir tu ausencia, tu muerte injusta, evitable, inaceptable. Después te encontraron. Los vecinos se hicieron cargo de tus restos, de la pequeña ofrenda, de los rezos.
Y, nunca más, volví a leer ni a escribir, dejé de fumar, de tomar café. No podría ni probarlo si no era el preparado por tus manos, si no era el café tuyo, el del aroma bendito.
Dicen que me perdí. Ha de ser verdad.
Y hoy sin música. Sin las canciones que otros ponen en la sinfonola, las mismas repetidas hasta el cansancio.
Todos los días, esperando que la patrona cierre el local y nos mande a dormir, a seguírnosla por ahí, a terminar tirados en cualquier banqueta.
Todos los días esperando la noche. La noche de verdad, en la que descubra, al volver al cuartito, que tú me estás esperando, en la angosta entrada, feliz de verme y abrazarme. Y encenderé la vieja hornilla y prepararás por última vez café y fumaré un cigarrillo y, al final, tú me besarás, tierna y mía, antes de irte a dormir.

Alej.orfebre


FIN


Nota editorial

Enterados del mal estado de salud en que se encontraba Orfebre nos propusimos rescatarlo del sanatorio donde había sido recluido. Lo trasladamos a una Clínica del Sueño, apoyados por uno de nuestros lectores, médico especialista, simpatizante de causas aparentemente perdidas. Ahí logró, lentamente, recuperarse.
Posteriormente, regresó a sus actividades, con sus amigos, a los lugares que frecuenta. Y aclaró el origen de sus variadas obras. Ahora sabemos que su seudónimo se forma, en la primera parte, de Alejandro, la persona que conoció en el barrio de la Merced y quien le confió sus experiencias. Orfebre las transcribió para darlas a conocer como precaria literatura.
Rechazó la versión sobre la muerte de Alejandro, en una terrible borrachera. Nos refirió lo que, en dicho barrio, algunos cuentan: que cumple una mínima condena en la cárcel por participar en riñas callejeras; que se reformó y retornó al seno familiar; que han trabajado con él, hombro a hombro, en las obras del metro, allá por el sur de la ciudad.
Por mayoría de votos, en el consejo editorial, decidimos reanudar la publicación de sus colaboraciones. Como siempre el lector tiene la última palabra.

Los Editores

jueves, 13 de enero de 2011

Amor y comida

Hola a todos !!!
Me siento bien contenta de empezar a escribir aquí. No me había animado, pero agarre coraje.
El título lo dice todo hablaré de mis pasiones: el amor y la buena comida, y todo lo que se atraviese en el camino.
Para abrir el apetito mi libro favorito: Como agua para chocolate. En este libro se combinan muy bien los ingredientes de hoy, con un toque bien mexicano.

La Protagonista Tita es una heroína sufrida pero creativa también; así como las mujeres mexicanas que de donde pueden sacan el platillo del día, eso si con su toque.

Ya saben este libro es de realismo mágico, dicen, porque para mi que no hay nada más real que la experiencia de comer. ¿A poco no? Porque somos lo que comemos.

Es más, soy de la idea de que la personalidad de las personas tiene que ver con la forma en que afrontan el momento de la comida: si son melindrosas, de buen colmillo, exigentes o si se comen lo que les pongan en frente. Todo eso nos dice algo de como afrontan la vida y de que intereses tienen.
Pero regresando al libro, y al amor claro, Tita proyecta su sentimientos en sus obras de arte. ¿Por que si no que son? O sea, esas recetas no son enchilame una gorda.

Y si no han leído el libro, mejor ahí le dejo, y busquenlo porque es de esos libros que no se pueden soltar y que no dejan que uno haga nada.

CODORNICES EN PÉTALOS DE ROSAS

INGREDIENTES:

* 12 rosas, (rojas, si es posible)

* 12 castañas

* 2 cucharadas de mantequilla

* 2 cucharadas de fécula de maíz

* 2 gotas de esencia de rosas

* 2 cucharadas de anís

* 2 cucharadas de miel

* 2 ajos

* 6 cordonices

* 1 pithaya




Buen Provecho

Si se animan a hacer la codorniz me cuenta !!!

jueves, 6 de enero de 2011

Encontré a Luis Fernando!!!


Este es oficialmente uno de mis regalos de Reyes: encontré el blog de mi monero favorito de todos los tiempos: Luis Fernando.
De hecho cuando encontre el link di un grito, y no es por nada en la revista El gallito Inglés(después Gallito Comics) publicó una historieta apocalíptica que aun sueño a veces.
Su forma de dibujar es única:


No quepo en mi de felicidad!!!
















Espero disfruten los links tanto como yo. Jejeje.