Ángel del silencio
Elegido por ti,
ángel de obstinado
silencio,
sueño
entre tus brazos arrullado
o en tu desnudez
a mis manos renuente;
y si despierto,
si por un ruido
o una fría corriente
me veo despierto,
amorosamente
estrecho el amasijo
de mis huesos
curvos, amarillos,
envueltos
en una fina tela
de la lluvia de invierno.
Elegido por ti,
soñaré una vida
sin ángeles ni deidades,
sin noches,
bajo un sol
a punto de extinguirse.
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