Esta mañana en mi camino al trabajo admiraba el cielo azul, el aire limpio y las nubes blancas y algodonosas.
Estas creaban la ilusión de estar en un escenario, ya que dejaban pasar la luz del sol sólo por algunas partes. Las sombras en la hojas de los árboles parecían deliberadas.
Sentí que estaba dentro de una pintura; impresionista seguramente.
La belleza me rodeaba.
Extrañaba ese cielo azul que hace días nos había abandonado.
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