SI EL DESTINO,
EN SUEÑOS MALTRATADOS,
DE NUEVO
ME ALEJA
DEL MUNDO
ME SENTIRÈ
COMO EL ÀRBOL
AYER DERRIBADO:
NO VOLVERÈ
A COBIJAR NIDOS
NI AVES;
LA LLUVIA
NO REVERDECERÀ
EN MIS RAMAS;
Y NAVEGARÈ,
NO SÈ A DÒNDE,
POR UN RÌO
QUE YA NO RECUERDA
SI ALGUNA VEZ
AMPARÒ PECES.
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