para Rita Guerrero
Decidí habitar mis sueños
para recordar el nombre
de las antiguas cosas:
la lluvia al amanecer
endulzándote los labios
mojados por el llanto;
las estrellas como mensajes
descifrados en la superficie
de un apacible estanque;
el aroma de la rosa
esparcido entre las hojas
amarillentas de un libro.
Y así escapar
del universo estático.
Ahí la luz carece del espacio
dónde reposar
su cauda minuciosa,
y nada transcurre ni evoluciona.
Hasta el aire, de tan inmóvil,
es como cristal y no refleja
su entorno ni lo inquieta.
Pero, todavía despierto,
con el corazón desdibujado,
y sin descubrir
las mágicas fibras
por donde huyes,
a diario, de mis sueños.
para recordar el nombre
de las antiguas cosas:
la lluvia al amanecer
endulzándote los labios
mojados por el llanto;
las estrellas como mensajes
descifrados en la superficie
de un apacible estanque;
el aroma de la rosa
esparcido entre las hojas
amarillentas de un libro.
Y así escapar
del universo estático.
Ahí la luz carece del espacio
dónde reposar
su cauda minuciosa,
y nada transcurre ni evoluciona.
Hasta el aire, de tan inmóvil,
es como cristal y no refleja
su entorno ni lo inquieta.
Pero, todavía despierto,
con el corazón desdibujado,
y sin descubrir
las mágicas fibras
por donde huyes,
a diario, de mis sueños.
alej.orfebre
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