Merecedora del premio Pulitzer, La buena tierra (1931), segunda novela de la premio Nobel Pearl S. Buck, confirmó el talento de su autora y la colocó entre los maestros de la narrativa del siglo XX. La historia de Wang-Lung, un esforzado y honrado campesino, de su mujer, O-Lang, y de su familia a lo largo de tres generaciones sirve a la autora para mostrarnos un vívido fresco de los sufrimientos y las alegrías del campesinado en la China prerrevolucionaria del último emperador: sus miedos, sus pasiones, sus ambiciones y recompensas. El ciclo completo de la vida.
Pearl Buck
Pearl Buck
(West Virginia, 1892 - m.Vermont, 1973) escritora estadounidense que pasó la mitad de su vida en China, adonde la llevaron sus padres misioneros con tres meses de edad y donde vivió unos cuarenta años. Su bilingüismo le hizo sentir de forma especialmente profunda el tema oriente-occidente, además de tratar cuestiones feministas que luego marcarían su vida con labores en consonancia con sus ideas, la publicación de la revista Asia y culminando con la Fundación que lleva su nombre. Tiene en su haber unas setenta obras. Fue Premio Pulitzer en 1932 y Premio Nobel de literatura en 1938.
Debo confesar que en principio la novela limó varios de mis prejuicios frente a una sociedad y cultura como es la oriental, que por lejana, es fácil catalogarla, superficialmente, de muy diferente a la que nosotros aceptamos como nuestra. Sin embargo, en el tercer mundo hay más coincidencias que diferencias.
ResponderEliminarEs increíblemente sencillo dejarse envolver en la narración, uno experimenta toda clase de sentimientos y emociones, cosa que se facilita pues la autora se cuida de no hacer juicios morales. Por supuesto que sobresale el trato ignominioso hacia la mujer, pero con la novela la autora le da el crédito y la ofrenda a las mujeres (doblemente valientes y fuertes) que al lado de los hombres hacen la historia.
Sin embargo, sí quiero resaltar que no solo es el trato despectivo hacia la mujer, sino el trato inhumano hacia la parte de la población campesina pobre. Pero esta forma desdeñosa de juzgar sus costumbres, su religión y por supuesto de denigrar el trabajo de estos campesinos, contrasta con lo bello, con lo admirable de su respeto a la tierra, porque es ella quien provee el alimento. Así, en pleno siglo XXI yo me pregunto, ¿qué haríamos sin la tierra trabajada?
La Buena Tierra, me deja un sabor entre empatía e impotencia que me hace coincidir con Fanon cuando concluye, en su libro los condenados de la tierra, que es necesaria una nueva piel, desarrollar un nuevo pensamiento, tratar de alzar sobre los pies de todos los que han ido detrás de nosotros a un hombre nuevo. Es necesaria una nueva piel, la nuestra.
Me sorprendí leyendo acerca de China, sobre hojas de té y ropas de algodon azul.De pronto no podía dejar de leer, me identifique con Wang- Lung hasta que se perdió en el mundo de los paraísos artificiales y olvidó todo lo que el era.
ResponderEliminarNo es esa la historia reciente?
Abuelos que cambian los azadones por trabajos citadinos,tierras abandonadas,hambre,cambió de valores.Para que?
No vamos hacia ningún lado?
En el pueblo de mi madre los hombres se dedican a conducir trailers, casi nadie trabaja la tierra y por eso se la rentan a la fabrica de loza, que inunda el campo con su polvo blanco.
Ultimamente la gente se enferma más, piedras en los riñones y enfermedades raras que antes no habia por alla.
Soy una chica muy citadina, no me imagino el mundo sin coches,ruido,mucha gente,semaforos.
Regresar no es posible para mi,pero pienso que debemos imaginar un mundo más verde y hacer posible el retorno de los hombre de tierra a su paraíso.
Siempre he dicho que este libro está en mi Top 3. Y no he leído pocos libros. La primera vez que lo leí me apasionó tanto que cuando ya faltaban pocas páginas para terminarlo me pasó algo curioso: no podía dejar de leer, pero no quería seguir leyendo porque sabía que tarde o temprano se acabaría.
ResponderEliminarEs una de esas historias que tiene de todo, además es una visión un poco más profunda de la cultura china a principios del siglo pasado. Este libro te atrapa desde el principio y al igual que otro de mis favoritos "Cien Años de Soledad" no se necesita ser erudito para disfrutarlo, en realidad para disfrutarlo sólo se necesita saber leer.
Tiene toda la razón Sofía cuando dice que esta historia es una historia de todas partes... añadiría de todos los tiempos. Al leerla uno podría cambiar los nombres por unos en español y ubicar el espacio en algún pueblo perdido del país en cualquier año que a uno se le antoje.
ResponderEliminarHace reflexionar bastante, sobre el peso que tienen las cosas en nuestras vidas, en lo superficial y lo profundo, en lo fugaz y lo eterno.
La historia es muy linda contada de una manera apasionante. A mi, como a los demás, me ocurrió aquello de no poder dejar de leer ya que cada página llevaba una nueva sorpresa y una nueva lucha de los personajes contra la miseria, una sociedad que los considera nada, las naturaleza e incluso ellos mismos: sus propias pasiones, deseos y naturaleza humana.
En resumen, maravilloso.